'FLASHMOBS' POR DOQUIER

Nueva York, la ciudad de las acciones imprevistas

El objetivo de un movimiento neoyorquino es sorprender a los transeúntes y lo consiguen creando situaciones absurdas.

Algunos ciudadanos neoyorquinos se plantaron con sus colchones en el metro y lo convirtieron en coches cama. Muchos pasajeros aprovecharon para echarse a dormir. Esa ha sido su última acción.

En otra, un doble de Felipe IV firmaba autógrafos ante un retrato hecho por Velázquez y los turistas hacían cola pensando que igual se trataba del rey de verdad.

También se subieron a un tejado organizando un concierto improvisado supuestamente de los mismísimos U2, colapsando el tráfico de Nueva York hasta que la policía llegó y la fiesta acabó con las esposas puestas.

"Las calles no deben ser solo lugares de paso", declara Charlie Told, líder del grupo que organiza estas actuaciones. "Son lugares donde expresarnos y divertinos juntos", añade.  Lo suyo es convertir el espacio público en algo imprevisto y absurdo.

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