LA ESPIRAL DE VIOLENCIA SE DEBE A LAS PANDILLAS
El Salvador, en plena escalada de violencia, alcanzó la cifra histórica de 125 asesinatos entre el domingo y martes pasados, una situación "compleja y preocupante", ha admitido el Gobierno.
El récord de 43 muertes en una sola jornada se registró el martes, pero el lunes se cometieron 42 crímenes y el domingo fueron 40 en todo el país, ante lo cual el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Benito Lara, ha reconocido que El Salvador vive una "situación compleja y preocupante".
"Aunque se ha dado un alza en los homicidios en el mes de agosto, los planes de seguridad no pueden irse modificando a consecuencia de la cantidad de crímenes que se comentan", dijo Lara en declaraciones públicas. Añadió que una parte muy significativa de las personas que han muerto son pandilleros, algunos de ellos en intercambios de disparos con la policía y Fuerza Armada, pero también por disputas entre los grupos de pandillas.
El pasado domingo, once pandilleros murieron en tiroteos con agentes policiales y un número "indeterminado" en enfrentamientos entre pandillas rivales. En lo que va de año, 42 policías han muerto en choques armados con pandilleros, así como 15 militares.
Según el portavoz del Gobierno, Eugenio Chicas, la espiral de violencia se debe a que "grupos criminales (pandillas) han decidido declararle la guerra al Estado" y a la población. El Ejecutivo sostiene que las pandillas tratan "de presionar al Gobierno para que acepte un diálogo y de esta forma hacer creer que se reducirá la violencia".
Las autoridades salvadoreñas acusan a las pandillas Barrio 18, Mara Salvatrucha y otras minoritarias de mantener los altos índices de violencia que sitúan al país como uno de los más violentos del mundo.