NADIE MÁS SE ATREVE POR MIEDO A LOS NARCOS
Ningún hombre ha querido hacerse cargo de las Comisarías de policía de una de las regiones más castigadas por la violencia de los cárteles de la droga. Dos mujeres, amas de casa y madres, han aceptado ocupar estos puestos. Verónica Ríos y Olga Herrero han dado un paso al frente y han aceptado hacerse cargo de la jefatura de policía de dos poblados fronterizos, El Vergel y Villa Luz, situados a pocos kilómetros de Ciudad Juárez, la capital sin ley de Chihuahua.
Para llevar a buen término su arriesgadísima misión sólo cuentan con un vehículo patrulla y una decena de agentes para vigilar una zona en la que viven 2.500 personas. El mes pasado, Marisol Valles, casada y estudiante en criminología, asumió a sus 20 años la jefatura de otro pueblo fronterizo con Texas.