El anterior director fue destituido del cargo
El nominado para ser el próximo director del FBI, Christian Wray, ha asegurado, durante su primera audiencia de confirmación en el Senado, que velará por la independencia de la institución y garantizó su "lealtad" a la Constitución de Estados Unidos. "Nunca permitiré que el trabajo del FBI sea conducido por algo más que los hechos, la ley y la búsqueda imparcial de la justicia. Punto", ha dicho Wray ante los senadores en referencia a la polémica suscitada por el presidente Donald Trump, quien pidió "lealtad" al último director del FBI, James Comey, a quien luego despidió.
"Mi lealtad es a la Constitución y al imperio de la ley y seguiré respondiendo ante ellos, no importa la prueba", ha agregado. Wray, de 50 años, encabezó la división criminal del Departamento de Justicia de 2003 a 2005, durante el mandato del entonces presidente George W. Bush y cuando Comey era, como fiscal general adjunto, el "número dos" de la agencia.
Se trata de la primera audiencia sobre su nominación para dirigir la agencia de investigaciones, que además llega apenas unas horas después de que el hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr, revelara unos correos en los que claramente se confirma su interés por obtener información que pudiera dañar a la rival de su padre en las elecciones presidenciales, Hillary Clinton, a través del Gobierno ruso.
La investigación sobre la injerencia rusa en los comicios presidenciales, cuyo papel de intrusión ya ha sido confirmado por las agencias de inteligencia estadounidenses, fue el foco de fricción entre Comey y Trump, quien, en palabras del exdirector del FBI, le solicitó que "dejara pasar" las pesquisas al respecto.
Así, Comey compareció hace unas semanas ante el Senado y desveló detalladamente todos los encuentros que mantuvo con el presidente, algunos de ellos a solas, de los cuales tomó nota para poder después tener un registro de sus conversaciones.
Según indicó bajo juramento ante los legisladores, Trump le pidió "lealtad" y le insinuó que de lo contrario podría perder su puesto, algo que ocurrió de facto semanas después. Wray, quien está altamente considerado tanto por demócratas como por republicanos, de ser confirmado tendrá la ardua tarea de demostrar que el FBI sigue siendo independiente sobre el Ejecutivo, aunque las pesquisas sobre el caso ruso ahora están en manos del también exdirector del FBI y ahora fiscal especial para el asunto, Robert Mueller.