UN DAÑO CEREBRAL PERMANENTE
Dylan Woodley lleva veinte meses con un daño cerebral permanente después de haberse asfixiado con un sándwich de jamón. Ahora solo puede comunicarse con sus ojos y se encuentra confinado en una silla de ruedas.
Dylan Woodley lleva veinte meses con un daño cerebral permanente después de haberse asfixiado con un sándwich de jamón. Ahora solo puede comunicarse con sus ojos y se encuentra confinado en una silla de ruedas.
Aunque el suceso ocurrió hace meses el niño ha vuelto ahora a casa. Su madre Ally Wheatley dijo que “el hospital ha sido un hogar y un infierno para nosotros”.
“No le deseo a nadie que pase por esta situación, aunque hemos conocido a gente increíble que nos ha ayudado a seguir adelante, física y emocionalmente”. “Llevaría mucho tiempo nombrar a todos los que han tocado nuestras vidas”, según cuenta a The Sun.
Ally hizo un bocadillo para su hijo Dylan, minutos después el niño corrió en busca de su madre tras atragantarse con el jamón. Ella le dio varios golpecitos en la espalda sin conseguir nada y el pequeño comenzó a sufrir una parada cardíaca.
La madre intentó reanimarlo hasta que llegaron los paramédicos. El niño fue enviado en helicóptero al hospital. Allí le reanimaron y lo conectaron a un ventilador, mientras le hicieron las rutinarias exploraciones dónde comprobaron que había estado uno 45 minutos sin oxígeno y eso le había afectado a parte de su cerebro.
Dylan despertó días después y fue cuando los médicos le diagnosticaron una hipoxia cerebal.