OCURRIÓ EN LANARKSHIRE, REINO UNIDO
Como todos los niños británicos que estos días gozan de vacaciones, Gavin, de apenas nueve años, jugaba en un campo cercano a su colegio vaya usted a saber a qué. Lo cierto es que su trabajo de investigación de la zona cual Indiana Jones le llevó a encontrar una bomba de la II Guerra Mundial sin explosionar. Lejos del espanto, Gavin decidió cogerla y llevársela a casa.
Allí le esperaban su abuela y su tío, persona esta última a la que le pareció lo más normal del mundo que los niños lleven bombas entre los brazos ya que en vez de alarmarse le tomó una foto. "Fue en ese momento cuando verdaderamente me di cuenta del peligro que había corrido Gavin", declaró una abuela que a continuación procedió a llamar a la policía.
¿Qué hacer mientras la policía llega?, se preguntó el tío. Pues bien, procedieron a enterrar la bomba en el jardín y a saltar sobre el terreno para que quedara bien oculta. Cuando la policía llegó no daba crédito a la ocurrido y rápidamente evacuó a todas las personas que se encontraban en un radio de 200m. Por suerte la bomba se trataba de munición de ensayo y por ello no explosionó.