SOLO SU MADRE ESTABA SEGURA DE QUE LO LOGRARÍA
La historia de Logan Roggers es un ejemplo de que todo puede conseguirse si hay voluntad para hacerlo. Cuando solo tenía cuatro años, su madre le llevó al doctor porque notaba que su hijo no se comportaba de forma normal. Sus peores miedos se confirmaron: le diagnosticaron autismo.
Las palabras del médico fueron muy duras: "Su hijo es irreparable". Sin embargo, esta frase surtió en la madre del niño el efecto contrario y se propuso, fuera como fuera, que finalizaría sus estudios.
Ahora, tras el orgullo de acompañar a su hijo a recoger el título de Secundaria, ha decidido publicar una carta abierta en Facebook para contar su experiencia y enviar un mensaje a los profesionales que influyen en el futuro de los niños.
"En lugar de decirle a los padres que, obviamente saben que hay algo malo, que su hijo es 'irreparable', tal vez se podría decir que hay esperanza. Su hijo puede tener un aspecto diferente de lo que imaginaron. Su hijo puede tener un aspecto diferente de lo que imaginaron. Su futuro puede parecer incierto. Lo que necesitan saber de usted es que no importa lo que pase, hay esperanza", puede leerse en el diario Metro.