SEGÚN HA INFORMADO SU ABOGADO

Una niñera confiesa que mató a los dos niños que cuidaba "por órdenes del diablo"

Yoselyn Ortega, de 55 años, sufría "alucinaciones" cuando clavó varias veces un cuchillo a Lucia Krim, de 6 años, y a su hermano Leo, de 2 años. Asegura que el diablo le dijo que "matara a los niños y que se suicidara".

Una niñera neoyorquina que mató a puñaladas a dos de los niños a los que cuidaba tras sufrir fuertes alucinaciones con el diablo, que le habría dicho que "matara a los niños y que se suicidara", debe ser considerada no culpable de asesinato por su locura, según ha señalado este lunes su abogado al jurado.

Yoselyn Ortega, de 55 años, sufría "alucinaciones" en 2012 cuando clavó varias veces un cuchillo a Lucia Krim, de 6 años, también conocida como Lulu, y a su hermano Leo, de 2 años, en el apartamento de lujo en el que vivían en Nueva York, según ha argumentado la abogada Valerie Van Leer-Greenberg ante el Tribunal Supremo de Manhattan.

Expertos en salud mental han sido llamados como testigos para testificar que Ortega era mentalmente incapaz de haber tratado de matar y que es demasiado psicópata para entender sus acciones. La defensa mantiene que Ortega lleva mucho sin sufrir depresión, pensamientos psicópatas y alucinaciones. Si Ortega es considerada no culpable, podría pasar el resto de su vida en un centro psiquiátrico.

Cualquier apariencia de normalidad enmascaró su largo descenso hacia la locura, según ha asegurado Van Leer Greenberg. "La caída en la enfermedad mental, en el mundo exterior, a veces puede parecer como que no hay ningún cambio en absoluto", ha argumentado. "A veces se levanta y se acurruca antes de que nadie lo note", ha aseverado.

Durante el juicio de dos meses, los fiscales han llamado a los testigos a apoyar el argumento de que Ortega apuñaló a los niños por resentimiento hacia su madre, Marina Krim, e irritada por trabajar demasiado.Los fiscales presentarán sus argumentos finales más tarde este lunes, pero sostienen que Ortega debe ser declarada culpable de dos cargos de asesinato en primer y segundo grado, con una sentencia máxima de cadena perpetua.

El 25 de octubre de 2012, Krim regresó al apartamento familiar en Manhattan y se encontró con los cuerpos sangrientos de sus hijos en la bañera y a Ortega frente a ellos con un cuchillo en su propio cuello. Krim asegura que llegó a la vivienda con la hermana de tres años de los niños, Nessie, después de que Ortega no apareciera con los otros niños a la clase de danza de Lulu.

Ortega había traído recientemente a su hijo de 17 años, Jesús Frias, de República Dominicana y le inscribió en una escuela privada para que no tuviera que repetir curso, según los fiscales. Ortega estaba abrumada por las preocupaciones financieras y el coste de la matrícula de su hijo.

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