EN ESTADOS UNIDOS
Una niña encontró divertimento durante su visita a un zoológico de Estados Unidos al jugar con uno de los primates que estaban encerrados en una de las jaulas.
Separados por un cristal, la menor buscaba la respuesta del primate golpeando el cristal y apoyándose sobre él para que el animal se acercara.
Lejos de asustarse, el primate siguió los gestos de la niña y los imitaba desde su jaula. Un hombre, presente en ese momento, se acercó a la niña para preguntarle si quería llevárselo a casa.
La chica, instantes después, se acercó al cristal y decididamente plantó un beso sobre el espejo, al que el primato correspondió.