Elon Musk
Hace unos meses dio comienzo una investigación federal contra unas prácticas que supondrían una violación de la Ley de Bienestar Animal estadounidense.
Esta semana ha surgido una nueva polémica en torno al excéntrico magnate Elon Musk. El fundador de Tesla se ha topado con más problemas judiciales después de que el Gobierno deEstados Unidos haya abierto una investigación a una de sus empresas, Neuralink. Varios trabajadores de esta empresa han denunciado maltrato animal durante las pruebas.
Con esta compañía, Musk fabrica chips para implantar en el cerebro los cuales se conectaban a un ordenador con la finalidad de curar enfermedades a priori incurables, como por ejemplo recobrar la vista de un invidente o recuperar al cien por cien la funcionalidad corporal completa a personas con la médula espinal dañada.
Neuralink, acusada de maltrato animal
La idea de Elon Musk es que estos chips comiencen a estar disponibles para su uso en humanos el año que viene. Sin embargo, no todo parece ser tan bonito como aparenta, al menos en los procesos realizados para alcanzar estos logros. La empresa de Musk podría haber matado hasta 1.500 animales, incluyendo ovejas, cerdos y monos.
Ya a principios de año, la empresa tuvo que plantar cara a acusaciones sobre muertes de animales durante sus pruebas, además de sufrimiento innecesario. Musk, en una presentación de la propia Neuralink la pasada semana, negaba estas afirmaciones y aseguraba que toman todas las precauciones en los implantes a animales.
No obstante, el Gobierno estadounidense no se lo cree. Hace unos meses dio comienzo una investigación federal contra estas prácticas que supondrían una violación de la Ley de Bienestar Animal, que regula la manera en la que los científicos pueden experimentar con los animales.
De momento, apenas ha trascendido información sobre el caso, si bien Reuters se encargó de confirmar, a través de empleados y exempleados de la empresa, que realmente se utilizan animales. Otras informaciones sugieren que el motivo del sufrimiento y la muerte de los animales se debería a la presión que el magnate ejerce para agilizar la obtención de resultados.
De hecho, el propio Musk se quejaba de la lentitud de su empresa a la hora de lograr objetivos en comparación con la competencia. "En general, simplemente no avanzamos con suficiente rapidez. ¡Me está volviendo loco!", escribió en Twitter en febrero.