HAMÁS Y YIHAD ISLÁMICA HAN APLAUDIDO EL ATENTADO
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió de que responderá "con puño de hierro" al ataque cometido, al parecer por dos palestinos de Jerusalén Este, que este martes costó la vida a cuatro israelíes en una sinagoga y un seminario rabínico de Jerusalén Oeste, el más sangriento en la ciudad desde 2008.
En un breve comunicado de prensa, el jefe del gobierno israelí acusó al presidente palestino, Mahmud Abas, y al movimiento islamista Hamás, de provocar la agresión.
"Esto es el resultado de las provocaciones lideradas por Hamás y Abu Mazen (Abás), unas provocaciones que la comunidad internacional ignora de forma irresponsable", dijo Netanyahu antes de mantener una reunión de su consejo de Seguridad.
"Responderemos con puño de acero a este brutal asesinato de judíos que habían acudido a rezar y se toparon con reprobables asesinos", agregó el primer ministro israelí.
Al menos seis personas, entre ellas los dos presuntos atacantes, murieron en un tiroteo en una sinagoga y yeshiva (seminario rabínico) del barrio ortodoxo de Har Nof, en Jerusalén Oeste, informó la Policía local.
Según la 'Estrella de David Roja', otras ocho personas resultaron heridas -algunas de ellas graves- cuando dos hombres, al parecer palestinos de Jerusalén Este, armados con un cuchillo, un hacha y una pistola, entraron en la sinagoga y atacaron en dos lugares distintos a quienes rezaban antes de morir tiroteados por agentes.
La Policía ha confirmado la muerte de cuatro israelíes y la de los dos atacantes, y asegurado que investiga lo que considera un ataque terrorista, el segundo más grave perpetrado en Jerusalén desde el fin de la Segunda Intifada.
Los movimientos islamistas radicales palestinos Hamas y Yihad Islámica aplaudieron el ataque y subrayaron que se trata "de la reacción natural a los crímenes que perpetran los ocupantes y los colonos".
En un mensaje colgado en su página de la red social Facebook, el portavoz de Hamás en Cisjordania, Husam Badram, vinculó la agresión con la muerte el lunes de un conductor palestino de autobús, que apareció ahorcado. Mientras que la policía israelí asegura que se trató de un suicidio, tanto la familia como los amigos denunciaron que fue víctima de un ataque de judíos extremistas.
"Bendecimos la operación en Jerusalén y apreciamos el heroísmo de quienes la llevaron a cabo. Es un acto selectivo de resistencia a la ocupación y la respuesta práctica a los continuos crímenes de los ocupantes, el último de los cuales ha sido ahorcar a sangre fría a un conductor de autobús ayer en Jerusalén", afirmó Badrán.
También a través de un comunicado, los Comités de Resistencia Popular en Gaza y la Yihad Islámica bendijeron "la operación de comando en la Jerusalén ocupada. La operación en Jerusalén es la reacción natural a los crímenes de los ocupantes y los colonos".