El naufragio del Costa Concordia ha sido el último de otros incidentes en alta mar que también provocaron víctimas mortales, algunos de ellos tan impactantes como el del Titanic.

Aún es reciente la historia de otro crucero, en este caso de bandera chipriota, el Louis Majesty, que cubría el trayecto Barcelona-Génova cuando fue golpeado por una ola gigante que provocó dos muertos y una veintena de heridos. Los propios pasajeros grabaron con sus teléfonos móviles el impacto de la ola contra los cristales de uno de los salones, y cómo se iba inundando de agua ante la desesperación y el miedo de los turistas.

Una tragedia mayor, en cuanto al número de muertos, es la que se vivió en el lago de Ohrid, al suroeste de Macedonia. Naufragó un barco y murieron ahogados 15 turistas búlgaros de las 70 personas que iban a bordo. Nadie sabe por qué el barco se hundió a unos 200 metros de la costa.

Y, por supuesto, la historia del Titanic, el coloso que se quedó entre el hielo y que ha inspirado películas y libros. Su leyenda, todavía hoy, continúa. El Titanic, un barco que se presentó casi como 'indestructible', chocó con un témpano de hielo en 1912 y se hundió. Murieron al menos 1.500 pasajeros y tripulantes en lo que era el viaje inaugural del barco. Ahora, descansa en el fondo del mar, a unos cuatro kilómetros de profundidad.

 

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