DEJÓ DE EJERCER SU PROFESIÓN DE PROFESORA

Una mujer renuncia a todo lo que tiene en la vida para ser caballero

Sarah Hay, una mujer australiana de 46 años, descubrió su pasión por la lucha medieval a caballo cuando fue a un festival. A partir de este momento decidió dejar su vida atrás y comenzar una nueva dedicada a este estilo de vida.

Sarah Hay fue un fin de semana a un festival en Australia cuando vio a dos hombres vestidos de la cabeza a los pies con una reluciente armadura de plata sentados encima de un caballo que llamaron su atención enormemente.

Sarah se quedó fascinada y rápidamente se abrió paso entre la multitud para poder verlo más de cerca y al acercarse se dio cuenta de que muchas de las personas que estaban allí iban vestidos de época como si fuese gente del siglo XV.

De repente, la multitud estalló y empezó a moverse cuando los jinetes se apuntaron con sus lanzas y sacaron sus escudos.

"Estaba emocionada y a la vez paralizada", dice Sarah.

"Siempre me ha gustado todo lo medieval, pero no sabía que existían hoy en día este tipo de cosas. Mientras observaba a los jinetes con sus enormes lanzas, no podía parar de pensar que yo también podría hacer eso", añadió.

Sarah había crecido en Australia rodeada de caballos y participaba en competiciones de equitación desde los cinco años, incluso llegaron a seleccionarla para qe representase a su club en un campeonato de Nueva Zelanda cuando tenía 16 años, pero lamentablemente tuvo que dejar su pasión cuando un caballo se asustó y le dio una patada rompiéndole la pierna.

Desde que tuvo que dejar la equitación Sarah se centró en sus estudios y acabó convirtiéndose en profesora.

"Ver a los jinetes me devolvió la pasión por la equitación", explica Sarah.

Después de hablar con varias personas de la feria e intentar informarse sobre como adentrarse en ese mundo, Sarah encontró un entrenador con el que practicaba cada fin de semana.

La mujer cuenta que en un principio le pareció complicado, pues tenía que aprender a montar cómodamente con una sola mano y en la otra llevar una lanza y un escudo. Además, a eso había que añadirle llevar un traje de armadura que pesaba 30 kilos. Sin embargo, no se rindió y al poco tiempo ya estaba lista para dar su primer espectáculo en Sydney. .

"La mayoría de los competidores eran hombres, pero no me desanime. Quería demostrarles que una mujer puede hacer cualquier cosa que se proponga. La adrenalina me corría por las venas y me di cuenta de que había nacido para ser un caballero", explicó Sarah.

Ella cada vez se enamoraba más de este estilo de vida. Por eso, empezó a dedicarse en su tiempo libre a hacer vestidos medievales para poder usar en los espectáculos.

"Me gustaría llegar tan lejos como para decir que he luchado en una vida pasada", dice ella. " Siento que todo lo que estaba haciendo en mi vida me ha llevado a esto, me siento más yo cuando estoy en la armadura", dijo la jinete.

La noticia se extendió rápidamente y llegó a la escuela donde ella impartía clases, allí recibió la admiración y apoyo de todos sus alumnos.

Tras dos años de entrenamiento y competiciones, Sarah viajó a Bélgica para participar en su primer torneo internacional, del que salió vencedora y a partir de este momento se dedicó a viajar por todo el mundo para competir en esta disciplina.

Cuando Sarah llegó a de nuevo a su país su jefe no entendía porque se ausentaba tanto de su labor como maestra, a lo que Sarah le respondió "Usted me puede castigar, pero no hay nada que puedas hacer para detenerme.Además, los niños también aprenden de mi lucha, pues les transmito que cada uno es capaz de conseguir lo que se proponga"

Finalmente Sarah Hay dejó atrás toda su vida y aporto todo por este nuevo estilo de vida que la hace feliz.

"He renunciado a todo, a mi país, al dinero que he ganado, pero me encanta mi nueva vida", expresó Sarah

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