EN REINO UNIDO
Una mujer comenzó a encontrarse mal y creía que se debía a una infección renal pero cuando acudió al hospital los médicos le dijeron que se trataba de un embarazo.
Katie había sufrido meses atrás una operación para retirarle una piedra en el riñón y tenía dolores constantes en la parte derecha de la cadera. No obstante, afirma que no notó ninguno síntoma de estar embarazada.
En el hospital se le hizo una análisis de orina y volvió a casa. Fue entonces cuando recibió una llamada del médico diciéndole que estaba embarazada.
Kate volvió al hospital donde le realizaron una ecografía y pudo escuchar los latidos de su pequeño, algo que le sorprendió al reconocer que durante esos meses no había aumentado de peso, incluso al contrario, había adelgazado en los últimos meses.
Además contó que había tenido una menstruación irregular pero que era algo normal en ella y que no había sentido en ningún momento al bebé.
Estaba a punto de dar a luz y aún no había avisado a su pareja, por lo que tuvo que llamarlo y decirle: "Voy al hospital. Vas a ser padre". Él se quedó en silencio durante unos minutos y le respondió: "nos vemos allí".