REINO UNIDO
Donna Corden, una mujer de 46 años de Leeds, Reino Unido, ha perdido la mitad de su cara después de golpearse con el horno e infectarse con una bacteria. Nada más golpearse se le comenzó a hinchar la cara y Corden acudió rápidamente al hospital, donde los médicos no pudieron hacer nada para detener a la bacteria, conocida como 'fascitis necrotizante'. Esta bacteria, que ya había infectado su herida, se alimenta de la carne, por lo que se la considera muy agresiva.
Los médicos no tuvieron más opción que cortar gran parte de su cara para poder salvar su vida, según informa el diario DailyMail.
La mujer sufre artritis y explica que antes del golpe sus piernas le fallaron, lo que provocó que se golpease contra el horno.
Apenas un día después de que un médico le diera varios puntos en la herida, comenzó a aparecer una mancha negra en el corte y empezó a hincharse su cara, por lo que acudió de nuevo al hospital. Allí confirmaron que tenía una infección por una bacteria potencialmente mortal.
Los cirujanos lograron cortar la carne que estaba necrosada, pero días después Donna desarrolló sepsis, es decir, su cuerpo sufrió una insuficiencia debido a la infección, por lo que tuvieron que inducirle un coma y tratarla con antibióticos. Gracias a la intervención de los médicos, logró salir con vida.
Pasados varios meses la mujer se sometió a su primer injerto para reconstruir su cara con piel de sus muslos. Sin embargo, no fue ni será la última operación a la que tenga que someterse. Ahora, Donna quiere aumentar la conciencia de los signos y los síntomas de dicha bacteria: "No puedo cambiar lo que pasó, pero tengo una familia maravillosa y amigos encantadores. Tengo suerte de estar viva", señaló.