DE GLASGOW A CRETA
Karon Grieve, una mujer escocesa de 57 años que vive en Dunlop, pagó 52 euros por un billete de avión de Glasgow a la isla griega de Creta en un avión de 189 plazas.
Sin embargo pese al precio de su billete, la mujer no sufrió problemas de espacio o de 'overbooking', algo típico cuando vuelas en compañías de bajo precio. Todo lo contrario, la mujer llegó al avión y se encontró completamente sola por lo que le dieron la oportunidad de ocupar cualquier asiento del avión y de poner su equipaje donde ella quisiera.
Durante el vuelo, el piloto le hizo un comentario personalizado, llamándola por su nombre a través de los altavoces y explicándole por qué países estaban pasando en ese momento.
Una vez que el avión aterrizó en Creta, Grieve tampoco tuvo que hacer largas colas para recoger su equipaje porque lo llevaba todo consigo en la aeronave, según Daily Mail.
"Cuando llegué para embarcar estuvimos bromeando sobre la gente que iba en ese vuelo porque hace un año al coger un avión solo había ocho personas en el vuelo", cuenta Grieve, que señala que en principio iban a viajar tres personas en el avión, pero que finalmente las otras dos nunca aparecieron.