EN ESTADOS UNIDOS
Katrina Bookman creyó haber ganado el mayor premio en la historia de las tragaperras de Estados Unidos, que ascendía a 42.949.672 dólares, y de hecho lo ganó, por lo que se hizo una 'selfie' con la pantalla que lo demostraba.
Sin embargo, el Resorts World Casino en Jamaica, en Queens, le señaló al día siguiente a través de un empleado que "no había ganado nada". La Comisión de Juego del Estado de Nueva York señaló que la máquina había funcionado mal y que, en ese caso, no es responsabilidad del casino porque "las anomalías anulan todo los juegos y pagos", según informa CNN.
"Para mí eso es injusto"
En cambio, y por las molestias ocasionadas, el establecimiento invitó a la mujer, madre soltera de cuatro hijos, que ya había publicado hasta la fotografía en Facebook, a una cena. "Nos gustaría extender nuestras disculpas a la Sra. Bookman por cualquier inconveniente que esto puede haber causado", ha señalado el portavoz del casino.
"Ellos ganan, y ahora la casa no quiere pagar, para mí eso es injusto", señala el abogado de Bookman, Alan Ripka, que exige que por lo menos se le dé a su clienta 6.500 dólares, la cantidad máxima permitida por la máquina tragamonedas Sphinx.