EN REINO UNIDO
Después de intentar desesperadamente quedarse embarazada, sin éxito, una pareja británica descubrió que estaban esperando gemelos idénticos. Eufóricos, comenzaron a pensar en nombre de niños y a preguntarse cómo se las arreglarían para cuidar a dos bebés.
Sin embargo, los médicos les notificaron que sus hijos sufrían el síndrome de transfusión gemelo a gemelo (TTTS), que es una complicación severa que afecta entre un 10% y un 15% de los embarazos de gemelos idénticos que comparten placenta.
Según Daily Mirror, dos semanas más tarde, a las 20 semanas de embarazo, los médicos les dijeron que uno de sus bebés habían muerto pero que era posible salvar al otro.
A las 35 semanas y cuatro días de embarazo, el pequeño Oliver nació por cesárea con un peso de un kilo y 800 gramos junto a su gemelo fallecido, Elijah.