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Una mujer diagnosticada con cáncer terminal monta una fiesta porque "odia los funerales"

Linda Williams colocó una imagen de cartón suya, a tamaño real, por si fallecía antes de celebrar la fiesta, para seguir estando presente.

Linda Williams, una mujer de 76 años que montó una fiesta por su cáncer terminalveteransfoundation.org.uk

Linda Williams, una mujer de 76 años de High Wycombe, Londres, fue diagnosticada con un cáncer terminal. Una noticia que nadie espera ni desea recibir. A pesar de la mala noticia, Williams decidió montar una fiesta, pues ella "odia los funerales", según explica la BBC.

A lo largo de su vida había acudido a muchos entierros y nunca había estado "en un buen funeral". La mujer explicó al medio de comunicación que "son eventos miserables, así que decidí que quería una celebración de mi vida".

Williams tenía claro que iba a celebrarlo por todo lo alto y quería "bailar toda la noche" con sus amigos, a modo de despedida. Sin embargo, antes de montar esta fiesta, tenía algo pendiente, volar en un Spitfire. Se trata de un caza monoplaza británico que fue usado por la Real Fuerza Aérea (RAF) durante la Segunda Guerra Mundial.

Linda sobrevoló Londres sobre un Spitfire

Su sueño se hizo realidad. Lejos de quedarse en un simple deseo, Williams consiguió volar en un Spitfire. Sus padres pertenecieron a la RAF, por lo que desde pequeña siempre estuvo muy familiarizada con este tipo de aviones. Fue "una locura, fantástico y más de lo que jamás deseé", contó al medio antes mencionado.

Tras este viaje, la fiesta dio comienzo. Fue ambientada en la década de los 40 y en ella se incluía seis actuaciones, una rifa, un pastel con la bandera de Reino Unido y sándwiches de carne enlatada. "El tema de mi fiesta era 'La batalla de Inglaterra', que resultó perfecto, porque la década de 1940 gira alrededor de unirse cuando no tienes nada, y sacrificarte para mantener tu libertad", explicó la anfitriona.

Debido a su estado de salud y por su trayecto en el caza monoplaza, Williams dejó una figura de cartón, a tamaño real, con su imagen para estar presente, por si no llegaba viva a su propia fiesta. "Estaba tan emocionada que llegué a las 18:00 horas, aunque la fiesta no empezaba hasta las 19:30 horas. Mis piernas estaban hinchadas, pero conseguí bailar toda la noche y recibí muchos abrazos amorosos", afirma Williams.

Debido a la incógnita sobre si acabaría yendo o no a la fiesta, las amigas de Williams tenían todo organizado por si su amiga fallecía o no. En el caso de que hubiese fallecido antes, la canción de apertura de la fiesta sería una, mientras que si continuaba con vida, la canción sería otra. Todo estaba planeado y para la anfitriona: "Fue la mejor noche de mi vida".

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