República Dominicana
Amy estaba de vacaciones con su esposo cuando se despertó con una erupción en el cuello. Pasados los días acabó con el cuerpo lleno de ampollas y perdió las uñas y el pelo.
Amy Wells, mujer británica de 37 años, estaba de vacaciones en la República Dominicana con su ahora marido, Charlie, de 27 años. La pareja, que acababa de comprometerse, contempló como su viaje de ensueño se convirtió en una pesadilla que amenazó la vida de Amy.
Una mañana, Amy se despertó con el cuerpo repleto de erupciones. Rápidamente, acudieron a uno de los hospitales de la isla en el que le recetaron una serie de antibióticos, los cuales actuaron con otro medicamento que la afectada estaba tomando.
En cuestión de días, al regresar a Reino Unido, todo el cuerpo de Amy estaba cubierto de ampollas, por lo que fue a urgencias. Durante las exploraciones pertinentes, los médicos encontraron heridas que sugerían que la primera erupción había sido ocasionada por la picadura de un mosquito.
El aspecto de Amy sugería que había sufrido graves quemaduras por todo el cuerpo. "Era el infierno en la tierra. Las ampollas cubrían todo mi cuerpo, incluso los ojos y los labios. Fue extremadamente doloroso. La gente no paraba de preguntarme si había estado en un incendio", aseguró la afectada en declaraciones recogidas por Wales Online.
Además, debido al dolor, Amy, residente de Ashford, Kent, tuvo que ausentarse del trabajo en control de calidad durante diez semanas.
El 22 de enero de 2023, Amy y Charlie se embarcaron en sus vacaciones caribeñas. El 26 de enero Charlie le propuso matrimonio a Amy en el día de su cumpleaños.
Después de que la pareja fuese a disfrutar de un día nadando con delfines, Amy se despertó con una erupción en el cuello que terminó extendiéndose por todo su cuerpo.
Al llegar al hospital, los médicos le proporcionaron ceftriaxona, un antibiótico poco usual en el Reino Unido. Debido a la barrera de idiomas, Amy no fue capaz de comunicar de forma eficaz el hecho de que estaba tomando amoxicilina por una infección dental.
El 1 de febrero, la afectada consiguió el alta gracias a que los marcadores de infección habían disminuido. Aun así, comenzaron a aparecerle pequeñas ampollas distribuidas por su cuerpo.
Durante el viaje de vuelta, los muslos de Amy se inflamaron hasta alcanzar el doble de su tamaño normal y sentía que le ardían. Tras ser derivada a las urgencias del Hospital William Harvey, la paciente sospechaba que algo no iba bien: "Sentí como si me estuviera quemando de adentro hacia afuera. Las ampollas comenzaron a reventar mientras estaba en urgencias. Salía líquido de ellas. Fue horrible".
El hospital estaba tan concurrido que Amy tuvo que esperar unas 56 horas en urgencias para conseguir una cama. Una vez instalada, los médicos comenzaron a realizarle los estudios pertinentes, con los que descubrieron que el origen de algunas de las heridas originales eran picaduras de mosquitos.
Mientras que los médicos determinaron que las quemaduras fueron causadas por una rara reacción entre los dos antibióticos, Amy está segura de que se debe a una infección por la picadura de un mosquito tigre, conocido por transmitir la fiebre del dengue y el virus del Zika.
Una vez las ampollas estallaron, parte de la piel de Amy se desprendió, mientras que otra se adhirió a sus piernas y le dejó heridas abiertas que adquirieron una tonalidad verdosa y que tardaron en sanar.
Además, las uñas de sus manos y pies se cayeron, al igual que su pelo, que comenzó a desprenderse hasta que acabó quedándose totalmente calva en mayo.
"Perder mi pelo fue la parte más difícil, tu pelo realmente te define. Me miré en el espejo y dije 'esa no soy yo'", declaró la afectada.
Actualmente, Amy tiene cicatrices que cubren la mitad baja de sus piernas y sigue sorprendida porque padeciese "una enfermedad muy rara", cuando se encontraba "muy sana".
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