Oriente Medio
Qabús bin Said de Omán, el último sultán de Oriente Medio, ha fallecido a los 79 años sin descendencia ni sucesor conocido. La agencia oficial de omaní no ha dado detalles sobre las causas de la muerte del sultán, quien había viajado a Bélgica para someterse a un chequeo médico.
Lo último que se supo sobre la salud de Bin Said, una cuestión muy sensible y en general mantenida en secreto, es que su condición era "estable", hasta que esta madrugada Omán decretó tres días de luto y de suspensión de trabajos tanto en el sector público como privado por el deceso de su líder.
Su muerte se produce en momentos de tensión en Oriente Medio por un cruce de ataques entre Washington y Teherán en territorio iraquí, una situación ante la que el sultanato ha llamado a la calma.
Qabús bin Said nació en la ciudad sureña de Salalah, cuna de la dinastía Al Said desde mediados del siglo XVIII y por entonces la capital del reino por capricho de su padre, Said bin Taimur, a quien derrocó en 1970.
Se le recuerda como sabio, justo y el principal mediador en los conflictos de una de las regiones más belicosas del mundo, donde estableció lazos con el vecino Irán y hasta con el archienemigo del resto de países árabe, Israel. De esta forma, se convirtió en una pieza clave para la resolución de la crisis de Kuwait y la guerra entre Irak e Irán.
Ahora, tras la muerte del último sultán de Oriente Medio, sin descendencia, el país ha decretado tres días de duelo, exactamente las jornadas en las que se debe nombrar a su sucesor, de acuerdo con estatuto de 1996. Se dice que existen dos cartas que contienen el nombre del próximo sultán, y se guardan con recelo en la capital, Mascate, y en la ciudad de la realeza, Salalah, a la espera de que sean abiertas en los próximos días y Oriente Medio pueda presenciar el ascenso de un nuevo sultán.