LUCHARON POR SU VIDA DURANTE 13 HORAS
Todo empezó cuando Kaden Hadfiel, de cinco años, despertó un día con dolor en uno de sus tobillos y que le diagnosticaron como esguince. El dolor empeoró y se le pasó al otro tobillo. Caitlin, su madre, lo llevó al Blackpool Victoria Hospital's A&E donde acudió más de 20 veces y sus padres aseguran que nunca diagnosticaron lo que realmente tenía.
Los análisis de sangre decían que era una deficiencia de vitamina D y anemia. Estuvo en el hospital durante una semana y fue dado de alta con antiinflamatorios, vitamina D y tabletas de hierro.
El dolor se extendió a las rodillas de Kaden y luego a todas sus articulaciones. Según informa Daily Mail, la madre del pequeño añadió: "Era peor por la mañana, no podía caminar, ni siquiera podía rascarse la nariz con las manos tan hinchadas y tiesas. Al final tuve que llevarlo a la escuela en un cochecito, no le gustó, dijo que todo el mundo pensaría que era un bebé''.
Finalmente, Kaden consiguió una cita con otro hospital, el Alder Hey Hospital, donde los médicos estaban tan sorprendidos que sospechaban que tenía leucemia. Le diagnosticaron artritis juvenil y lo empezaron a tratar. Inmediatamente comenzó a aliviar su dolor, pero la artritis ya estaba atacando a las articulaciones y órganos de Kaden.
Tras seis semanas en el hospital, dio sus primeros pasos. Al día siguiente, Kaden se quejó de un terrible dolor en su estómago y fue llevado a cuidados intensivos donde su corazón se detuvo. Caitlin dijo: "Intentaron salvarlo durante 13 horas. Tenían muchos cables sobre él, abrieron su pecho y pude ver su corazón y sus pulmones. Sabía que se iba y no había nada que pudieran hacer. Sólo les gritaba que lo intentaran''.
Los padres solo esperan que finalmente se descubra la verdad de su muerte.