SE ENCONTRABA EN COMA DESDE EL SÁBADO
Una niña de seis meses ha muerto después de que supuestamente fuese golpeada y gaseada por las fuerzas de seguridad que perseguían a los manifestantes opositores en la ciudad keniana de Kisumu, escenario de protestas contra la victoria electoral del presidente, Uhuru Kenyatta.
Los padres de la niña, Samantha Pendo, han explicado que estaba dormida en brazos de su madre cuando la familia se vio sorprendida el sábado por la Policía, que perseguía a los manifestantes. La menor inhaló gases lacrimógenos y fue, además, golpeada, según esta versión.
Desde entonces, "permanecía en coma" y "no había mejorado ni un poco", ha dicho el médico que la atendió en el hospital, Sam Oula, en declaraciones a la agencia Reuters. Oula ha confirmado este martes su fallecimiento. Kisumu es uno de los principales bastiones del dirigente opositor Raila Odinga, que ha denunciado fraude tras la proclamación de la victoria de Kenyatta en las elecciones presidenciales del 8 de agosto. Estas acusaciones han desencadenado una ola de protestas que se ha extendido también a Nairobi.
Los manifestantes han acusado a la Policía de actuar con una fuerza excesiva en sus tareas de represión e incluso han denunciado el uso de equipos potencialmente letales. Las autoridades han prometido investigar todos los casos, aunque las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han criticado la impunidad de la que siguen gozando las fuerzas de seguridad.