LAS VEGAS | SE SOMETÍA A DOLOROSAS INYECCIONES EN LA COLUMNA
En su página web se podía leer: "Con profunda pena anunciamos el fallecimiento de Tanya Angus debido a un fallo en su corazón. DEP cariño".
Su madre y su padrastro siguieron buscando nuevas formas de hacer frente a la delicada condición de Tanya. El último año, los médicos finalmente acordaron duplicar la dosis de su medicación, un inhibidor del crecimiento, que le administraban con inyecciones dolorosas en la columna vertebral.
El tratamiento parecía que estaba funcionando, hasta que el pasado mes de octubre les llegó la noticia de que los niveles que tenía en la hormona de crecimiento habían aumentando de nuevo.
Tanya, padecía uno de los peores casos de gigantismo que existe. Sufría un raro trastorno pituitario de acromegalia que le hizo crecer hasta los 2,13 metros y pesaba unos 180 kilos.
Hablando en 2009 sobre el inicio lento de su crecimiento, dijo: "Yo no podía entender por qué seguía creciendo si ya que no estaba comiendo más. Lo extraño era que mis pies parecían crecer. Mi cara también comenzó a hincharse y estaba cambiando.Me gasté una fortuna en maquillaje. Mi figura también comenzó a cambiar y a ser más varonil y mi voz se hizo más profunda".
No obstante, continuó siendo optimista y disfrutaba de sesiones de natación. "Sin esperanza no se tiene nada -citaba en un diario local- sólo espero que me puedan dejar de crecer algún día".