Reino Unido
La mujer tomó el suplemento para perder peso después de someterse a un tratamiento contra el cáncer.
Sarah Thompson, una mujer británica de 34 años y residente de Connah’s Quay, Gales, fue encontrada sin vida en su domicilio en septiembre. Todo ocurrió después de hubiera consumido gotas para adelgazar que compró por internet. Su hija de 16 años fue quien encontró el cuerpo.
La familia de la mujer asegura que Sarah, quien había aumentado de peso durante su tratamiento contra el cáncer, decidió recurrir a este suplemento después de no recibir los medicamentos para la pérdida de peso proporcionados por el Sistema Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido. La motivación de la joven madre era recuperar su figura tras la intervención quirúrgica que le extirpó la laringe en 2018 y que la dejó con un tubo de respiración en el cuello.
Las pruebas realizadas tras la muerte de Sarah Thompson revelaron que las gotas que estaba tomando contenían Clenbuterol, una sustancia controlada de Clase C en el Reino Unido y no aprobada para el consumo humano. La ley establece que la venta o distribución de esta sustancia puede conllevar penas de hasta 14 años de cárcel.
El Clenbuterol, que se ha utilizado en algunos países como medicamento veterinario para aumentar la masa muscular en animales, ha sido popularizado en internet como un producto "milagroso" para la quema de grasa, a pesar de sus riesgos para la salud humana. Los efectos adversos de esta sustancia incluyen palpitaciones, temblores y vómitos, algunos de los cuales experimentó la propia Sarah en las semanas previas a su fallecimiento.
El diagnóstico de cáncer de garganta en 2018 cambió por completo la vida de Sarah. La operación para extirparle la laringe la obligó a respirar a través de un tubo en el cuello, lo que dificultó su capacidad para hacer ejercicio. La imposibilidad de mantener una rutina activa provocó un aumento de peso, lo que la llevó a una situación de depresión.
En busca de una solución, Sarah optó por las gotas para adelgazar después de no ser elegida para los tratamientos de pérdida de peso del NHS. Según su hermana Gabriella, la confianza de Sarah creció a medida que veía los resultados. "Se sentía capaz de comerse el mundo", expresó Gabriella, además aseguró que creía que su hermana nunca habría tomado las gotas si hubiese conocido los riesgos reales de su consumo.
Gabriella, quien también probó las gotas por sí misma, aseguró que sufrió temblores y palpitaciones, lo que la llevó a dejar de usarlas de inmediato.
La madre de Sarah, Gail, se mostró profundamente afectada por la tragedia. "Era muy popular y tenía un gran grupo de amigos", señaló, al tiempo que agradeció las muestras de cariño.
Gail también recordó la actitud de su hija: "Le encantaba ir a los conciertos. Recuerdo una vez que la recogí de un festival y estaba con cuatro personas a las que ofreció llevar en el coche. Siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás", relató con evidente emoción.
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