Enfermedades raras
Los padres de la pequeña batallaron durante meses en los tribunales para que la niña no fuera desconectada como aconsejaban los médicos.
Indi Gregory ha fallecido a las 01:45 horas de este lunes en un centro de cuidados paliativos horas después de que los médicos le retiraran la respiración asistida que la mantenía con vida. La pequeña, de 8 meses, sufría una enfermedad mitocondrial, una enfermedad rara, incurable y degenerativa. Desde que nació ha permanecido ingresada en un hospital de Nottingham, en el centro de Inglaterra, conectada a una máquina que hacía por ella las funciones que su corazón y sus pulmones no podían realizar.
Los médicos, hace unas semanas, decidieron desconectarla en contra de la voluntad de los padres. Los facultativos entendían que continuar con el tratamiento era inútil y doloroso y que alargarle la vida a la pequeña solo provocaría más angustia.
Ahí empezó una carrera a contrarreloj de los progenitores por intentar detener y revocar esta decisión. Acudieron en varias ocasiones a los tribunales británicos, pero los jueces dieron la razón al hospital Queen's Medical Center.
La semana pasada, el Gobierno italiano de Georgia Meloni concedió a Indi Gregory la ciudadanía italiana de urgencia. Una maniobra que pretendía evitar que se le retirara el soporte vital y permitir su traslado a Italia para que fuera tratada en un hospital.
Sin embargo, un tribunal estimó que la intervención de Italia era "no conforme al espíritu del Convenio de La Haya", que pretende la protección del menor, asegurando que los tribunales ingleses están en mejor posición para evaluar "el interés superior" de la pequeña. Los jueces británicos ni siquiera accedieron a la última petición de la familia para que la niña pudiera morir en casa.
La primera ministra italiana, Georgia Meloni, ha asegurado en la red social X que su Gobierno hizo "todo lo que pudo" por intentar que la pequeña continuara con vida. "Buen viaje pequeña Indi", añadía.
También el papa Francisco se refirió a este caso el sábado. Un comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede aseguraba que "el papa Francisco abraza a la familia de la pequeña Indi Gregory, a su padre y a su madre, reza por ellos y por ella". Ese mismo día por la tarde comenzó el procedimiento de desconexión de Indi, que resistió la primera noche extubada y solo con una mascarilla de oxígeno.
El padre de la pequeña, Dean Gregory, ha mostrado también su dolor: "Mi esposa Clare y yo estamos enfadados, desconsolados y avergonzados. El hospital Nottingham y los tribunales no solo le han quitado la oportunidad de vivir una vida más larga, sino que también le han quitado la dignidad de morir en el hogar familiar al que pertenecía. Lograron quitarle el cuerpo y la dignidad a Indi, pero nunca podrán quitarle el alma. Sabía que ella era especial desde el día en que nació, intentaron deshacerse de ella sin que nadie lo supiera, pero Clare y yo nos aseguramos de que fuera recordada para siempre", ha dicho el padre de la menor en una declaración a los medios de comunicación italianos.