en el barrio de Kensington, en Nueva York
Un niño de un año ha fallecido después de pasar dos horas encerrado junto a una bañera llena de agua hirviendo. Su padre pretendía que el agua le permitiera respirar mejor y le dejó en el baño durante un par de horas mientras él dormía.
Según recoge el diario New York Daily News, el padre del menor intentó aliviarle la tos preparándole un zumo de agua, limón y azúcar. Sin embargo, como el niño continuaba tosiendo, se le ocurrió crear un humidificador con el agua de la bañera.
A las 3 de la mañana le dejó en el baño y se puso la alarma a las cinco. Sin embargo, fue su mujer quien antes de que sonara el despertador se encontró al pequeño en el baño con una temperatura superior a los 42 grados.
Pese a que le trasladaron rápidamente al hospital, el pequeño fallecía una hora después. Las autoridades están a la espera de la autopsia.