TENÍA 86 AÑOS
La Sanidad pública holandesa ha abierto una investigación sobre el caso, en el que supuestamente está implicada una becaria que podría haber presionado accidentalmente un botón de un grifo defectuoso. El anciano, de 86 años, se encontraba en una camilla debajo de la ducha que se llenó de agua hirviendo.
Las graves quemaduras le provocaron la muerte en la noche del jueves. La familia de la víctima cree que el accidente pudo deberse a la presión de trabajo existente en la actualidad en el centro. La institución ha declarado que se trata de un "accidente trágico", que nada tiene que ver con recortes económicos ni con una carga de trabajo excesiva del personal.