Egipto
Las tormentas en Egipto han provocado una enorme plaga de escorpiones, con tres muertes y casi 500 heridos, un atípico fenómeno que tiene explicación.
La asombrosa 'lluvia' de escorpiones que ha tenido lugar en Egipto, no ha dejado indiferente a nadie, temiéndose que este fenómeno pudiera desplazarse a lo largo de todo el país, o incluso peor, a naciones colindantes. Sin embargo, no hay motivo para alarmarse, puesto que esta desagradable sorpresa de la naturaleza viene condicionada por un factor a tener en cuenta.
La salida de los escorpiones a zonas pobladas tuvo lugar después de que una fuerte tormenta azotase el sur del país. Tras ello, pudo saberse de tres personas y casi medio millar más que habían resultado heridas por la picadura de escorpiones que habían llegado a la ciudad de Asuán, poblada en su mayor parte por humanos, y que había miedo entre los habitantes a que les sucediera lo mismo.
El escorpión árabe, causante de esta emergencia sanitaria, contiene en su interior un potente veneno que es capaz de producir la muerte a un ser humano, aunque suele ser más frecuente que provoque problemas tales como fiebre, sudoración o molestias musculares. Los expertos recomiendan presionar sobre la picadura en caso de que un escorpión inyecte su veneno, y acudir de inmediato a un hospital a que se administre un antibiótico adecuado.
Un cambio de hábitos para los escorpiones
Más allá del pánico generado por las picaduras de estos escorpiones, hay un motivo directamente relacionado con su marcha a zonas pobladas, y es que la tormenta que tuvo lugar sobre las montañas, les obligaron a cambiar de hábitat para no verse perjudicados por el clima.
Sabiendo que se encontrarían bien protegidos en una zona más cercana, los escorpiones se trasladaron hasta la provincia de Asuán, donde comenzaron a picar a cientos de ciudadanos allí residentes.
Entretanto, y hasta que se consiga poner punto y final a la enorme dispersión de los escorpiones, la recomendación es no trasladarse a zonas con una altitud muy elevada, tales como acantilados o montañas, y evitar lugares con mucha vegetación, especialmente árboles, que suelen ser lugar de refugio para los escorpiones.