Misiles
Estas armas estratégicas son una amenaza difícil de interceptar por su velocidad y alcance.
Un misil balístico es un proyectil impulsado por cohetes que sigue una trayectoria predefinida. Su vuelo consta de tres fases principales: propulsión, intermedia o balística, y terminal o de reentrada. En la primera, el misil se acelera a gran velocidad hasta agotar su combustible. La segunda, que constituye la mayor parte del trayecto, ocurre en una órbita elíptica definida por la velocidad inicial. Finalmente, en la fase terminal, el misil reingresa a la atmósfera terrestre a velocidades que pueden alcanzar entre 22.000 y 29.000 km/h, impactando sobre su objetivo con gran precisión.
Estos misiles están diseñados para transportar una o más ojivas, que es la parte delantera de un proyectil; y pueden equiparse con explosivos convencionales o nucleares. Se diferencian de los misiles de crucero en que estos últimos son propulsados continuamente y guiados aerodinámicamente.
Los misiles balísticos se clasifican en cinco categorías principales dependiendo de su capacidad de alcance:
Los misiles balísticos intercontinentales (ICBM) son los más avanzados y peligrosos. Su capacidad para transportar múltiples ojivas nucleares independientes (MIRV) los convierte en un arma estratégica de gran alcance, que además tiene una gran capacidad para amenazar cualquier parte del mundo.
Entre los misiles balísticos más destacados se encuentran:
Trident II (Estados Unidos y Reino Unido): Desplegado en submarinos de la clase Ohio, puede transportar hasta 12 ojivas nucleares independientes con un alcance de 12.000 km.
RS-24 Yars (Rusia): Desarrollado como sucesor del Topol-M, puede ser lanzado desde silos o plataformas móviles y transportar hasta 10 ojivas nucleares. Tiene un alcance de 12.000 km y representa una parte esencial de la capacidad de disuasión rusa.
LGM-30G Minuteman III (Estados Unidos): Introducido en 1970, es el único ICBM terrestre en servicio en EE.UU. Puede transportar tres ojivas nucleares y alcanzar objetivos a más de 10.000 km.
El uso de misiles balísticos como el que ha lanzado este jueves Rusia al territorio ucraniano plantea riesgos significativos debido a su alta velocidad, su difícil interceptación y la gran capacidad destructiva que tienen. Aunque su precisión en objetivos terrestres es limitada, su capacidad para causar daños a gran escala, especialmente en áreas urbanas, es preocupante.
Los misiles balísticos también pueden superar defensas aéreas. Según expertos, Rusia cuenta con al menos 1.600 misiles de este tipo, lo que representa un desafío continuo para los sistemas de defensa de Ucrania y otros países.
Actualmente hay ocho países que poseen sistemas de misiles balísticos intercontinentales, entre ellos Estados Unidos, Rusia, China, Corea del Norte, Reino Unido, Francia, Israel e India.
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