ASEGURAN QUE EL PROGRESO ES LENTO
Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) mantienen duros combates con los miembros del Daesh en Al Baguz, último reducto del grupo yihadista en el este de Siria, en las primeras horas de la ofensiva final para eliminar a los radicales de ese enclave.
"Hemos avanzado en los ejes occidental y oriental en Al Baguz, pero el progreso es lento por las minas, los artefactos explosivos improvisados y los túneles cavados por los insurgentes", indicó telefónicamente el comandante de las FSD Abu Ali Bard.
Después de días de espera para que la población civil, incluidos los familiares de los yihadistas, abandonaran la localidad, las FSD anunciaron en la tarde del viernes el inicio del asalto final a Al Baguz. "Esta es la última batalla (...) y sabemos que enfrentamos a combatientes que han rechazado rendirse y quieren pelear", indicó Bard.
El portavoz de las FSD Mustafa Bali indicó en la red social Twitter que el combate tiene lugar en dos frentes distintos y que hasta el momento hay tres miembros de las milicias heridos. Las FSD, una alianza liderada por las milicias kurdos que cuentan con el apoyo de EEUU, han aguantado el ataque en las últimas tres semanas a la espera de que los civiles abandonaran el punto de conflicto.
Miles de personas han salido del cerco durante los últimos días, sobre todo mujeres y niños, que en su mayoría fueron trasladados al campo de desplazados de Al Hol, situado en la provincia norteña de Al Hasaka. Los hombres sospechosos de pertenecer o ser simpatizantes de los yihadistas han sido enviados a campos de detención.
Las FSD cuentan con apoyo aéreo de la coalición internacional que lidera EEUU y que les ha estado respaldando en los últimos meses en su avance contra las posiciones y las ciudades controladas por los yihadistas.
Las milicias kurdas no tienen precisión sobre el número de combatientes, entre ellos francotiradores y suicidas, que tiene aún el EI en Al Baguz. Situado en la ribera oriental del río Éufrates, cerca de la frontera sirio-iraquí, Al Baguz es el último territorio habitado que queda en manos del EI, después de que el grupo llegara a controlar amplias regiones de Siria y de Irak en 2014, cuando proclamó su "califato" en estos países.