IMÁGENES DE GRAN DUREZA
El Gobierno de República Democrática del Congo ha anunciado una investigación sobre el vídeo que se ha publicado y en la que se documenta una matanza de lo que parecen milicianos armados solo con tirachinas y estacas a manos de soldados. El vídeo dura unos siete minutos y ha alcanzado una amplia difusión a través de las redes sociales. En él se puede ver a uniformados del Ejército congoleño que explican que están participando en una operación contra la milicia Kamwina Nsapu.
"Desde que recibimos el vídeo, los ministerios de Derechos Humanos, Interior, Justicia y Defensa están trabajando en ello (...) para intentar verificar esas imágenes", ha explicado la ministra de Derechos Humanos congoleña, Marie-Ange Mushobekwa, en declaraciones a Reuters. "En cuanto sea posible podremos decir de que trata todo esto", ha añadido. Por el momento no se ha confirmado por otras fuentes la autenticidad del vídeo ni cuándo o dónde fue grabado exactamente.
Sin embargo, poco después el Ministerio de Comunicaciones rechazó la autenticidad de la grabación, que calificó de "montaje" obra de opositores residentes en Bélgica. En la grabación se ve a los militares abrir fuego durante 45 segundos contra un grupo de personas. Después se aproximan para examinar los cuerpos de al menos diez fallecidos y heridos.
Entre ellos había dos mujeres. "Este no está muerto", dice uno de los soldados en idioma lingala. Entonces otro militar se acerca y le dispara en la cabeza.
Las fuerzas congoleñas combaten contra la milicia Kamwina Nsapu en la provincia de Kasai, en el centro del país, desde que las fuerzas militares mataran en agosto al líder de la milicia, Kamwina Nsapu. Según datos de las Naciones Unidas, el Ejército mató al menos a 101 personas solo entre el 9 el 13 de febrero. Entre los fallecidos hay al menos 39 mujeres. Por todo ello, la ONU denuncia "uso excesivo y desproporcionado de la fuerza por parte de los militares".
También este sábado ha trascendido que milicianos nande-mai mai han matado al menos a 19 personas en la aldea de Kyaghala. La mayoría de las víctimas son civiles huthus.