Crisis Brasil
Crece la tensión en las calles de las principales ciudades de Brasil tras las elecciones. Las últimas declaraciones del presidente saliente, Bolsonaro, no han ayudado a calmar los ánimos.
Desde que el pasado domingo Lula Da Silva ganara las elecciones generales de Brasil la situación en el país se ha complicado. Miles de seguidores de Jair Bolsonaro paralizaban las principales carreteras y complicaban la circulación por las principales vías de muchas ciudades del país.
Ante estas circunstancias, el propio Bolsonaro hacia un llamamiento: "Despejen las carreteras, protesten de otra manera y en otros lugares, porque esto será bienvenido y es parte de la democracia". Unas palabras que no han apaciguado a los bolsonaristas sino todo lo contrario. Miles de personas se han agolpado frente a los cuarteles generales de las ciudades más importantes, como en Río de Janeiro, para pedir al ejército que intervenga para impedir que Lula da Silva sea presidente.
La agitación social es tal que en las calles se están viviendo episodios violentos. Durante la tarde de ayer un coche atropellaba a grupo de manifestantes que impedían el paso por una carretera. Arrollaba a varias personas y, como resultado, hubo, al menos, una decena de heridos. Los allí presentes trataban de socorrer a las víctimas mientras que otros se lanzaban contra el vehículo y acorralaban al conductor. Finalmente la policía lo detenía.
Esto es solo un ejemplo de la situación límite que está viviendo Brasil tras unas ajustadas elecciones. Son muchos los que critican que Bolsonaro no haya sido claro en sus declaraciones y que parezca apoyar, de alguna manera, lo que está sucediendo. La transición de poderes sigue su curso, pero el miedo a un posible golpe de estado sobrevuela y está poniendo en riesgo la estabilidad del país.