VISITA A REINO UNIDO

Miles de personas protestan en Escocia por la visita de Trump, que dedicará el fin de semana a jugar al golf

El presidente de Estados Unidos dedicará su visita privada a Escocia a jugar al golf en uno de sus complejos hoteleros. Ajeno a las protestas que se han convocado en rechazo a sus políticas, Trump pasará el fin de semana junto a su esposa antes de marcharse a Finlandia.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa su visita privada a Escocia, que consiste en un fin de semana dedicado a jugar al golf en uno de sus complejos hoteleros de lujo, en medio de diversas protestas que se han convocado en rechazo a sus políticas.

El mandatario y su esposa Melania llegaron este viernes pocos minutos antes de las 20.30 hora local (19.30 GMT) al aeropuerto Prestwick de Glasgow, en el suroeste de la región británica, donde fueron recibidos por el ministro británico para Escocia, David Mundell. Desde allí, la pareja se dirigió al cercano complejo Trump Turnberry, que el presidente adquirió en 2014, y, aunque no han trascendido detalles oficiales de sus planes para el fin de semana, ya que el viaje se ha catalogado como privado, se espera que se dediquen a jugar al golf.

Un miembro del grupo ecologista Greenpeace sobrevoló en parapente el hotel Turnberry para desplegar una pancarta con el eslogan 'Trump, muy por debajo del par. Resistencia', haciendo un juego de palabras con las reglas del golf.

Trump ha sido recibido en Escocia con varias protestas que se han convocado en los alrededores de sus dos campos de golf, protegidos por grandes medidas de seguridad, así como en varias ciudades escocesas.

Se espera que el acto más multitudinario sea la concentración organizada este sábado ante el Parlamento escocés a las 12.00 hora local (11.00 GMT) que posiblemente contará con la presencia del 'bebé Trump', un globo que caricaturiza al presidente y que ya fue volado en Londres en señal de protesta contra sus políticas.

La primera de las protestas en suelo escocés tuvo lugar este viernes en Glasgow, poco antes de la llegada de los Trump a la región, y congregó a miles de personas. La Policía escocesa ha desplegado un extenso dispositivo de seguridad, que cuenta con más de 5.000 agentes adicionales y cuyo coste ha sido cifrado en unos cinco millones de libras (alrededor de 5,6 millones de euros).

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