Quito
Con escobas y palas en mano y mascarillas en la boca, miles de ecuatorianos salieron este lunes a las calles de Quito para recuperar el aspecto que tenía la capital de Ecuador antes de las protestas que durante once días convirtieron la ciudad en un escenario de devastación, más típico de una guerra.
Sin esperar a que los servicios públicos de limpieza hicieran la tremenda tarea de recoger los escombros dispersos por el centro de la urbe, los vecinos de Quito protagonizaron una ejemplar y masiva 'minga', como se conoce en los países andinos la labor comunitaria que se hace de manera conjunta y gratuita.
En ella estuvieron muchos de los manifestantes que en los días anteriores habían destrozado el mobiliario urbano y que habían dejado patas arriba el centro urbano para protestar contra el polémico decreto del Gobierno que eliminaba los subsidios a los combustibles, que finalmente va a ser derogado.
La mayoría acudió al parque El Arbolito, la "zona cero" de estas protestas, cuyos alrededores eran una maraña de barricadas formadas con adoquines callejeros y cúmulos de cenizas aún humeantes de las fogatas que prendieron durante los disturbios en la zona.