RIGIDEZ Y TEMPLANZA, SUS ARMAS PARA UN TERCER MANDATO
Siempre rodeada de hombres, su carácter firme y la estabilidad de la economía alemana le han convertido en la 'lideresa' de Europa. Angela Merkel llegó al poder hace ocho años y desde que comenzó la crisis económica ha mantenido la austeridad como bandera.
Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre se han visto obligados a pedir el rescate de Europa y someterse a las estrictas normas de la UE. Mientras, desde Berlín el mensaje era siempre el mismo: "Hay que cumplir". Tranquilidad, templanza y firmeza son sus mantras y así lo demuestra con su característico gesto con los dedos unidos.
Esa impasibidad que ha despertado odios en el sur de Europa es precisamente lo que los alemanes más admiran. Desde sus inicios en política bajo el abrigo de Helmut Kohl estaba ya el sello de la "canciller de hierro" o "canciller teflón", como se la apoda porque todo le resbala.
En territorio alemán, Merkel presume como logro propio la tasa de empleo récord en el país, un arma muy poderosa cuando su rival por la Cancillería es su exministro de Finanzas.
Las encuestas apuntan a que Merkel va a ser la más votada pero no con la mayoría suficiente como para gobernar sin coalición. Por eso, su último esfuerzo en campaña ha sido recordar que los resultados van a ser ajustados. Es su última baza 'política', apelar a los que sientan una mínima simpatía por la líder democristiana. Habrá que esperar al domingo para saber si este mensaje cala en los alemanes.