75 ANIVERSARIO DE LA 'OPERACIÓN VALKIRIA'
La canciller alemana, Angela Merkel, ha homenajeado a los miembros de la conjura militar que el 20 de julio de 1944 intentó asesinar a Adolf Hitler. Los califica de "patriotas" movidos por la "obligación a desobedecer" a la dictadura nazi. "Hay momentos en que la desobediencia es obligatoria", comenta la canciller.
Alemania celebra el 75 aniversario de la llamada 'Operación Valkiria', el intento de magnicidio contra Hitler cuyo autor material fue el coronel Claus Schenk von Steuffenberg. "Fueron soldados modelos que se levantaron contra la tiranía", destaca la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, quien asumió el cargo tras la elección de su antecesora, Ursula von der Leyen, para presidir la Comisión Europea (CE).
Sttaufenberg está considerado un héroe de la oposición a Hitler surgida en la cúpula militar, mientras que los hermanos Sophie y Hans Scholl, dos estudiantes miembros del grupo Die Weisse Rose -La Rosa Blanca-, guillotinados en 1943, simbolizan la resistencia social.
Merkel ha instado a "cuidar su memoria para que las lecciones de la historia no se desvanezcan" y ha recordado que el "derecho a la resistencia" en defensa de la democracia está contemplado en la Constitución alemana.
'Operación Valkiria'
La 'Operación Valkiria' fue un plan operativo de las reservas del Ejército, en el que intentaron asesinar al dictador Adolf Hitler. El atentado fue llevado a cabo por un grupo de oficiales de la Wehrmacht organizados por el coronel conde Claus von Stauffenberg, un oficial de 36 años, casado y padre de familia, que había perdido un ojo, la mano derecha y dos dedos de la izquierda en África.
Fue el coronel quien colocó un maletín con una bomba activada bajo la mesa donde Hitler se reunía con el Estado Mayor, en su cuartel de Prusia Oriental, en Ketrzyns. Abandonó el cuartel poco antes del estallido y regresó a Berlín sin saber aún que Hitler seguía vivo. Esa misma noche fue ejecutado con varios de los suyos. Cientos de implicados en la "Operación Valkiria" fueron asesinados en los días siguientes, mientras que sus familiares sufrieron la represión nazi.
La figura de Stauffenberg sigue rodeada de controversia. Unos lo tachan de traidor, mientras que otros sostienen que los conjurados actuaron frustrados ante una guerra que veían perdida.
Se estima que, de no haber fallado, se habrían podido evitar los millones de muertos entre el 20 de julio de 1944 y la capitulación del Tercer Reich, en mayo de 1945.