NINGÚN GRUPO RECLAMA LA AUTORÍA
Al menos 35 civiles murieron y otros 40 resultaron heridos en un atentado suicida cometido con un vehículo cargado de explosivos en una calle próxima a un área residencial donde viven funcionarios afganos en el oeste de Kabul.
La explosión del vehículo cargado de explosivos tuvo lugar poco antes de las 7.00, hora local (2.30 GMT), en una calle en el Distrito Policial 3 en el oeste de la capital afgana, afirmó el portavoz del Ministerio del Interior, Najib Danish. El portavoz anunció, en su página oficial de la red social Facebook, que al menos 24 personas murieron y 42 resultaron heridas, "todas ellas civiles".
Según Danish, en el lugar de la explosión tres vehículos y 15 tiendas también quedaron gravemente dañados. Aunque el lugar donde se produjo la explosión está próximo a un área residencial donde viven funcionarios del Gobierno afgano, el atentado afectó sobre todo a tiendas y establecimientos situados a ambos lados de la calle.
Por el momento ningún grupo armado ha reivindicado todavía la autoría del ataque. Kabul ha sido escenario los últimos meses de graves atentados, entre ellos el del pasado 31 de mayo con un camión cargado de explosivos, en el que fallecieron 150 personas y más de 300 resultaron heridas, convirtiéndose en el ataque más sangriento desde el inicio de la invasión estadounidense en Afganistán en 2001. La guerra ha golpeado especialmente a los civiles.
La misión de la ONU en Afganistán anunció la semana pasada que el conflicto marcó un nuevo récord de muertes de civiles, con 1.662 fallecidos en los primeros seis meses del año, un 2% más que en 2016, incluido un aumento de decesos de niños y de mujeres del 9% y 23%, respectivamente. Desde que empezó a contabilizar las víctimas civiles del conflicto afgano en enero de 2009, la ONU ha informado de la muerte de 26.500 civiles y de 49.000 heridos.
Según el portavoz, el objetivo del atentado eran dos autobuses que llevaban bajo vigilancia dos meses. Según las fuerzas de seguridad, un pequeño autobús del Ministerio de Minas ha resultado destruido por la deflagración. Además, tres vehículos particulares y quince tiendas también han resultado destruidas o dañadas, según el Ministerio del Interior.
Tanto el presidente afgano, Ashraf Ghani, como el primer ministro, Abdulá Abdulá, han condenado el último atentado. Ghani ha denunciado el "cobarde ataque" contra civiles mientras que Abdulá ha prometido que los responsables tendrán que rendir cuentas ante la justicia.