LOS HOSPITALES, COLAPSADOS Y SE ESPERA QUE AUMENTE LA CIFRA DE MUERTOS
Más de 300 personas han muerto y más de dos centenas han resultado heridas, muchas de ellas en estado crítico, como consecuencia del mayor atentado con bomba de la historia de Somalia, el perpetrado este domingo en Mogadiscio con un camión explosivo que detonó en una concurrida intersección de la capital del país africano.
El último balance ha sido confirmado a la emisora internacional Voice of America (VOA) por el portavoz de la cámara alta del Parlamento somalí, Abshir Mohamed Ahmed, dado que las fuerzas de seguridad tienen por el momento prohibido hacer declaraciones oficiales sobre la cifra de fallecidos por motivos de seguridad.
La detonación ocurrida ayer en torno a las 15.00 horas provocó una onda expansiva que se pudo percibir con nitidez en toda la capital, así como una columna de humo negro de tres kilómetros de altura. En el epicentro se encontraba la intersección K5, donde se encuentran restaurantes, sedes del Gobierno somalí y hoteles.
Precisamente tras la explosión, según varios testigos, varios hombres armados efectuaron una incursión en el cercano hotel Safari, donde estuvieron varios minutos intercambiando tiros con la fuerzas de seguridad, en un incidente cuyo número de víctimas se desconoce todavía Además, dos horas después, otro coche bomba dejó al menos dos muertos en el distrito de Medina.
Hasta ahora ningún grupo ha asumido la responsabilidad de los atentados pero todas las miradas están puestas en la organización terrorista Al Shabaab, filial de Al Qaeda, antiguo ala juvenil de la Unión de Tribunales Islámicos -- el régimen islamista que controló la capital durante seis meses de 2006 -- en lo que se trataría, de confirmarse su autoría, del ataque más sangriento con amplia diferencia perpetrado por la organización en toda su historia, muy por encima de los 70 muertos que dejó su asalto a una base militar de Puntlandia a mediados de este año.
Otro motivo para creer que se trata de Al Shabaab es la exactitud de la organización a la hora de perpetrar masacres aprovechando vacíos de seguridad como el que ocurrió a mediados de esta semana, cuando el ministro de Defensa y el jefe del Ejército anunciaron simultáneamente su dimisión por motivos personales, según el analista Abdul Kadir Liban Isse. "Esas dimisiones han proporcionado a los milicianos un hueco para perpetrar este ataque tan devastador", ha declarado Liban Isse a VOA.
Luto y dolor
El presidente de Somalia, Mohamed Abdulahi Mohamed, alias 'Farmajo', ha declarado tres días de luto por el atentado. "Horrible", en palabras del jefe del servicio externo de ambulancias de Mogadiscio, Abdulkadir Adem. "En diez años", ha asegurado a Radio Francia Internacional, "jamás había visto tanta muerte y destrucción". Una de las primeras reacciones internacionales ha procedido del representante especial de Naciones Unidas para Somalia, Michael Keating, que se ha declarado "horrorizado" por el ataque antes de "condenar de todo corazón esta brutalidad".
Por otro lado, la Media Luna Roja somalí ha confirmado la muerte de cuatro de sus cooperantes en la explosión del camión bomba, cifra que podría aumentar por la gran cantidad de heridos y desaparecidos tras la detonación. De momento, y según el comunicado recogido a su vez por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), decenas de cooperantes de la Media Luna Roja se encuentran trabajando de ayer en los hospitales de la capital, atendiendo a los heridos, que se cuentan "por centenares". El CICR ha aprovechado para recordar que este gravísimo incidente es "un recordatorio de las consecuencias de un conflicto armado, el somalí, que se cobra la vida de miles de civiles cada año", en palabras del jefe de la delegación en Somalia, Jordi Raich.