NO HAY DATOS OFICIALES DEL NÚMERO DE DESAPARECIDOS
Las autoridades italianas han actualizado este jueves a 250 fallecidos y 365 heridos las víctimas por el terremoto de magnitud 6,2 en la escala de Ritcher que en la madrugada del miércoles sacudió la zona central del país. La responsable de la Oficina de Urgencias de la Protección Civil italiana, Immaculata Posiglione, ha anunciado en una conferencia de prensa el nuevo dato, con nueve víctimas mortales más que en el anterior balance.
De los fallecidos, 204 estaban en Amatrice, una de las localidades más afectadas. Precisamente en esta localidad la tierra ha vuelto a temblar, esta vez con menor potencia, 4,3, según el Instituto Italiano de Geofísica y Vulcanología. Los temblores han durado apenas unos segundos, pero la gente ha comenzado a correr hacia los espacios abiertos reviviendo las escenas de pánico que hace más de 24 horas se vivieron en el centro de Italia. Afortunadamente, esta nueva sacudida no ha producido víctimas, pero los edificios dañados se han derrumbado definitivamente.
La Fiscalía de la provincia de Rieti, en la región del Lacio, una de las zonas más afectadas por el terremoto, ha abierto una investigación sobre las labores de prevención en los edificios que se han derrumbado tras el seísmo. Según ha informado la televisión pública italiana RAI, el fiscal jefe, Giuseppe Saieva, coordina las investigaciones en torno a la hipótesis de un delito de "desastre doloso" que implicaría la omisión de las pertinentes medidas de seguridad antisísmicas.
Saieva ha dispuesto la orden de indagar sobre todos aquellos edificios que se han derrumbado y que habían sido reestructurados recientemente, como la escuela de Amatrice o el campanario de la ciudad de Accumoli. Paralelamente, se están sucediendo las críticas de los expertos que indican que en Italia podría hacerse mucho más para proteger la infraestructura de sus edificios del impacto de los seísmos.
El Presidente del Consejo Nacional de Geólogos, Francesco Peduto, ha señalado en una nota de prensa que "hace años" que denuncian que Italia está "lejos de una cultura de la prevención". "Sería necesaria una normativa más coherente con la situación del territorio italiano", ha declarado. "Proponemos que clasifique desde el punto de vista sísmico los edificios. Además, es fundamental un plan del Gobierno para asegurar todos los edificios públicos", ha agregado.
Por otro lado, Peduto ha señalado la necesidad de crear una "conciencia cívica" en el ámbito de la prevención sísmica a través de la educación en las escuelas para "hacer más consciente a la población de los riesgos". Fabio Tortorici, que encabeza varios estudios del Instituto Geológico Italiano, ha explicado que "en Italia se puede prever un terremoto de 6,3 de magnitud cada 15 años de media". "Este dato debería fomentar una mayor cultura de prevención sísmica y protección civil", ha afirmado.
El terremoto del miércoles tenía una magnitud de 6,2 y alcanzó los 10 kilómetros de profundidad en la superficie terrestre multiplicando su fuerza destructiva, según apunta el Instituto Geológico Estadounidense. En 2009 otro terremoto acabó con la vida de 300 personas y dejó a otras 55.000 sin hogar al devastar la histórica ciudad de L'Aquila.
Un año antes, expertos de Protección Civil realizaron un estudio que reveló que tan sólo el 14% de los edificios en la franja más vulnerable del país estaban acondicionados según la normativa de seguridad sísmica. Tras la tragedia del 2009, se establecieron nuevas normas antisísmicas para las nuevas construcciones, que desde entonces tienen que implantarlas. Los edificios antiguos -que son la mayoría en Italia- han quedado excluidos de estas nuevas medidas.