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Cáncer terminal

Un médico rompe a llorar en plena cesárea al detectar un cáncer terminal a la mujer que atendía

Lois Walker, de 37 años llevaba 12 meses con dolor abdominal. En mitad del parto, el médico observó que presentaba numerosos tumores.

Lois Walker tras el parto con su bebé, RayFacebook

Lois Walker, una mujer británica de 37 años daba a luz a su tercer hijo por cesárea, Ray, cuando uno de los médicos descubrió los numerosos tumores que invadían el cuerpo. Lois llevaba con fuertes dolores abdominales desde hace 12 meses. Ha sido diagnosticada de un cáncer terminal avanzado en etapa 4.

El médico, al ver lo avanzada que estaba la enfermedad, que ya se esparcía por otros órganos, no pudo contener las lágrimas y rompió en llanto. Tras la operación, le comunicaron a Walker que no le quedaba mucho de vida. "Mis hijos son mi propósito. Quiero concentrarme en crear recuerdos. Si el amor pudiera salvarme, nunca moriría", añadió Lois Walker.

Durante los meses en los que sufrió dolor, la madre de tres hijos hizo 20 llamadas a su médico de cabecera y numerosos viajes a farmacias para que le dieran medicamentos para la ansiedad. Le dijeron que se mantuviera alejada de los productos lácteos.

No fue hasta que la mujer dio a luz cuando logró saber el origen de su dolor. Los cirujanos encontraron cáncer en sus ovarios, el revestimiento de su abdomen y los ganglios linfáticos después de que su hijo naciera por cesárea.

"Dejaré tres hijos, lo siento por todos"

Lois ha querido mostrar su total decepción y denuncia a los sanitarios y profesionales de la salud. "Ha sido absolutamente diabólico. Se llaman a sí mismos profesionales de la salud y se supone que deben brindarnos atención, pero eso es negligencia. Siento que podría haberse detectado antes, para no tener este diagnóstico tardío, y dejaré tres hijos. Si el NHS no reconoce que las cosas deben cambiar, lo siento por todos", ha dicho en una entrevista a la BBC.

Pese a asistir repetidamente a distintas consultas médicas, los doctores relativizaron su condición al asociarla con un síndrome de colón irritable primero y con ansiedad más tarde. Aunque ha tenido seis rondas de quimioterapia y dos operaciones, los médicos ahora dicen que no hay forma de evitar que la enfermedad la mate.

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