BÉLGICA ENCABEZA ESTA ESTADÍSTICA
Alrededor de 4.000 ciudadanos de la Unión Europea han viajado a Siria e Irak para sumarse a grupos armados u organizaciones terroristas y, de ellos, el 30 por ciento ha regresado a sus países de origen, según un estudio que sitúa Bélgica como el país con más 'combatientes extranjeros' per cápita. El informe, divulgado por el 'think tank' Centro Internacional de Lucha contra el Terrorismo (ICCT), está centrado en el fenómeno de los combatientes extranjeros, un término por el que se conoce a quienes abandonan sus respectivos países para unirse a la lucha armada en otro territorio.
De la UE habrían partido entre 3.922 y 4.294 personas hacia Siria e Irak, según el estudio, que sitúa a Bélgica, Francia, Alemania y Reino Unido como los principales países emisores. De estos cuatro Estados miembro han salido 2.838 combatientes, mientras que en el caso de España serían entre 120 y 139 --153 según los últimos datos del Gobierno--. El 30 por ciento de quienes viajaron a Siria o Irak ya han regresado a sus países de origen, un 25 por ciento en el caso español, lo que ha llevado a algunos gobiernos a endurecer sus legislaciones para hacer frente a un fenómeno que se ha disparado en los últimos cinco años.
El ICCT ha reconocido que no existe un "perfil claro" del europeo que decide viajar a Siria o Irak, si bien se trataría en su mayoría de hombres --sólo un 17 por ciento son mujeres-- y residentes en áreas urbanas --al menos el 90 por ciento--. La proporción de musulmanes conversos oscila entre el 6 y el 23 por ciento.
El proceso de radicalización es corto y suele vincular a personas del entorno, de tal forma que gran parte de los combatientes proceden del mismo barrio o deciden viajar en grupo, según el informe, basado en datos públicos y en informaciones remitidas mediante cuestionarios por los propios Estados miembro.
Bélgica, escenario del último gran atentado yihadista en suelo europeo, suma entre 420 y 516 combatientes, lo que le sitúa como el país desde el que han partido más personas en términos proporcionales a su población. Entre 55 y 130 ya han regresado a territorio belga. La edad media de los combatientes belgas es de 25,7 años, si bien se habrían registrado casos de personas de hasta 14. En cuanto a su procedencia, un 45 por ciento tenía residencia en Bruselas, el mismo porcentaje registrado para el caso de toda la zona flamenca.
El ICCT ha recomendado en su informe la puesta en marcha de un marco de vigilancia y evaluación que permita analizar el "impacto" y la "eficacia" de las políticas actuales y futuras. En términos generales, ha sugerido a la UE una "definición común" de lo que es un combatiente extranjero, mientras que a los Estados miembro les ha planteado la adopción de programas de reintegración y prevención, especialmente a nivel local, así como la revisión de mecanismos como la evaluación de riesgos o sistemas de alerta temprana.