Más de un millar de personas siguen enterradas bajo los escombros
"Hay casas unas encima de las otras y los cuerpos en el fondo", ha relatado uno de los miembros de ACT en Palu, Ali Akbar. El activista dijo que el equipo de su organización en Balaroa ha podido recuperar los cuerpos de un hombre y de una mujer de debajo de los escombros pese a señalar las dificultades de esa tarea, para la que disponen de poca maquinaria pesada.
También dijo que las dificultades a la hora de saber el lugar exacto donde se encuentran los cadáveres hace que los operarios de las pocas grúas disponibles tengan miedo de dañar los cuerpos.
En Petobo, situado a unos siete kilómetros al sureste de Palu, decenas de casas más han quedado enterradas bajo el barro tras una de las avalanchas que siguió al terremoto. Al sur de Petobo, equipos de rescate indonesios y de ONG intentan recuperar los cadáveres de decenas de niños que quedaron atrapados bajo otro alud mientras participaban en un campamento de estudio de la Biblia en el distrito de Sigi Biromaru.
El martes la Cruz Roja confirmó la muerte de 34 niños, de entre 13 y 15 años, en esa zona donde según uno de los empleados de la organización se rescató a 90 de los 200 jóvenes que estaban en el campamento.
Las autoridades indonesias han elevado a 1.424 el balance de muertos de este desastre, que también ha causado más de 2.500 heridos, dañado más de 65.000 casas y desplazado a más de 70.000 personas, la mayoría de ellas en Palu, población de 350.000 habitantes.