EN UN POBLADO CHABOLISTA

Más de 10.000 personas pierden su hogar en un incendio en Manila

Cientos de afectados, sobre todo mujeres y niños, se refugiaron bajo los precarios toldos colocados por el gobierno municipal en una zona cercana.

Más de 10.000 personas han perdido sus hogares en el incendio que ha calcinado unas 900 viviendas de un barrio de chabolas de Makati, el distrito financiero de Manila, según indicaron fuentes oficiales.

El jefe de bomberos de la aglomeración de Manila, Santiago Laguna, afirmó que al menos 2.700 familias se han visto afectadas y atribuyó al sobrecalentamiento de un ordenador como causante del incendio, aunque no descarta que se trate de un fallo en un fogón doméstico.

Un bombero resultó herido durante la extinción del fuego, que se prolongó durante más de tres horas y ocasionó grandes problemas de tráfico, ya que el barrio incendiado es adyacente a la principal arteria de la capital filipina.

El alcalde de Makati, Jejomar "Junjun" Binay, señaló que el Ayuntamiento está buscando un lugar fuera de Manila al que las familias evacuadas puedan trasladarse, ya que las chabolas arrasadas estaban construidas en un asentamiento ilegal devastado cuatro veces por las llamas en la última década.

"Después de haberse quemado tantas veces en el pasado, está claro que es muy peligroso vivir ahí", afirmó Binay, quien ha ordenado acomodar a los evacuados en dos polideportivos privados a la espera de encontrar un lugar para reubicarlas de forma permanente. Los hombres acarreaban televisores, ventiladores, muebles y otros objetos personales que pudieron rescatar de las llamas.

"No sé cuánto tiempo tendremos que dormir bajo estos toldos, sobre los cartones. Las veces anteriores esperamos a que el fuego se apagara y después reconstruimos la casa en dos semanas, pero no sé si el Gobierno nos dejará", dice Lynie Figueras, una afectada de 44 años de edad. Los incendios en zonas de chabolas son frecuentes en Manila, donde el 37 por ciento de los 12 millones de habitantes vive hacinado en barrios de este tipo, según datos oficiales del Gobierno filipino.

Las callejuelas de muchas barriadas dificultan la entrada de los bomberos y los materiales con los que están hechas las humildes casas son muy inflamables. Unas 30.000 personas perdieron su hogar en varios incendios similares el pasado febrero, mientras que siete niños y cinco adultos fallecieron en enero cuando un fuego arrasó una empobrecida zona cercana al puerto.

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