SUFRÍA MALOS TRATOS
El jueves de la pasada semana por la noche, el marido se presentó en casa con un amigo y le anunció que pensaba vengarse por su atrevimiento: la ató con una cuerda mientras los dos hombres consumían alcohol y cocaína. Cuando el amigo desapareció en busca de más droga, el marido aprovechó para golpearla y violarla repetidamente, y más tarde "ofrecerla" a su compañero, quien se negó y abandonó el lugar.
Entonces el marido la roció con ácido de la cabeza a los pies, hasta que ella pudo zafarse y trató de huir por el balcón del apartamento, en un cuarto piso, desde donde cayó al suelo. Rahma no recuerda mucho más: despertó en un hospital tras cuatro días inconsciente, con varios huesos fracturados y la piel quemada por el ácido. "En una noche, es como si hubieran pasado diez años", dijo al periodista del rotativo. El marido está detenido y pasará a disposición judicial.
Este suceso, que se añade a otros parecidos de violencia machista, se produce cuando la ministra de la Mujer, la islamista Basima Hakaui, acaba de anunciar un "Observatorio de la violencia contra la mujer" y de lanzar una campaña para animarlas a denunciar a sus verdugos, con el lema "¿Aceptas ser una cobarde?". Las organizaciones feministas, enfrentadas a Hakaui desde su nombramiento porque critican su visión de la mujer como subordinada al hombre, ya cuestionan la campaña porque consideran que la cobardía está en el hombre maltratador, y no en la mujer maltratada.