Conflicto Rusia Ucrania
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha apuntado a que la resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania está en manos de Putin, aunque España apuesta por la vía diplomática.
Después de que la OTAN haya rechazado las exigencias que pedía Rusia, Ucrania y todo el mundo tiene la vista puesta en el Kremlin. La pelota está en el tejado de Rusia y esta no para de demostrar su poderío militar. Lo último es realizar maniobras en el mar Negro, mientras que la Alianza Atlántica asegura que está preparada para lo peor.
La clave está ahora en la reacción de Putin, como ha apuntado la ministra de Defensa, Margarita Robles. "Vamos a ver qué respuesta da a estas propuestas tanto de la OTANcomo de Estados Unidos y estamos esperando a que las medidas diplomáticas y las que corresponden a una situación de conflicto tengan su fruto", aseguró este miércoles en 'El Objetivo'.
Robles insiste y confirma que la situación es muy preocupante, pero también ha afirmado que no va a mandar más tropas a la zona. Apuesta por la vía diplomática, una vía que Washington tampoco descarta aún.
La contribución militar de España
España ha apoyado a la OTAN desde el primer momento en el conflicto de Rusia y Ucrania con el envío de alrededor de 900 militares, entre los que se incluyen los operativos que ya se encontraban en Letonia, cazas para vigilar el mar Negro y el Báltico, así como la fragata Blas de Lezo.
Estos movimientos militares le ha costado al Gobierno tensiones con la parte de Unidas Podemos de la coalición, mientras que parece tener el apoyo de PP, Ciudadanos y Vox, aunque estos últimos le piden a Pedro Sánchez que informe de todos los movimientos de España en relación al conflicto. De hecho, Casado llamó ayer a Sánchez y mantuvieron una conversación en este sentido.
La posición de Estados Unidos
El mensaje de Estados Unidos es que están preparados para cualquiera de las dos opciones que tiene Rusia. Una declaración calculada entre el diálogo, porque la Casa Blanca deja entrever que no sentiría como una derrota el sentarse a negociar sin fecha de caducidad, pero también entre el desafío, porque responde con una contundencia que no deja marcha atrás. Si Rusia continúa adelante con la invasión, tendría consecuencias nunca vistas y un despliegue mayor de la OTAN en los países que tienen frontera con Rusia.