ENTREVISTA EN ONDA CERO
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, ha asegurado, en referencia a que se diera luz verde a la misión contra las mafias de inmigrantes en el Mediterráneo, que aún "quedan muchos flecos sueltos antes de que se lance la misión en junio".
Lo que sí ha descartado el titular de Exteriores en una entrevistaa en Más de Uno es el hundimiento de barcos con personas en su interior, lo que ha dicho es una obviedad.
Ahora, los Veintiocho están trabajando en cómo evitar que se vuelvan a producir tragedias en el Mediterráneo "y para ello hay que actuar contra las mafias en distintos terrenos" y en este caso hay que consgeuir que "no dispongan de los barcos con los que están haciendo este tráfico, ya que no hablamos de pateras, sino barcos de 30 metros".
"Hay que inutilizar esos barcos, así como las instalaicones en tierra desde las que zarpan o se reparan esos barcos", lo mismo que se hizo en Somalia, y descartando siempre "hacerlo en condiciones de pongan en peligro a las personas".
De este modo, ha explicado que hay varias fases para que la misión se lleve a cabo. La primera que consiste en la "identificación de los barcos, la cual no necesita paraguas internacional".
En segundo lugar, "abordar, capturar y desviar barcos en aguas internacionales, que tampoco necesita paraguas internacional que no tengamos".
Por último y en tercer lugar, "actuar contra estos barcos, capturarlos y destruirlos en aguas libias, lo que sí necesita o una resolucion de la ONU o una petición de las autoridades legítimas".
El ministro de Exteriores explica que "Libia se ha convertido en una especie de agujero negro de gente que huye de la pobreza y aprovechan que no haya autoridades para salir por ahí". Ello está "desestabilizando otros países como Túnez, Egipto, Malí o Níger, y es una amenaza para Occidente y la causa principal de las tragedias" en el Mediterráneo.
No obstante, ha querido diferenciar entre lo que significar pedir asilo, que son aquellas personas que huyen porque son perseguidos raciales, políticos... Y otra cosa es la inmigración, "gente sin persecución que huyen de la pobreza, huyen para comer".
"Nosotros somos la frontera más desigual del mundo", explica, ya que la desigualdad entre Europa y África es mucho mayor que la de México y EEUU, por ejemplo. De este modo, apunta que "esa presión migratoria va a existir siempre, y si logramos cerrar el paso a través de Libia se desplazará a otro lado".