PASÓ SIETE AÑOS EN PRISIÓN
La exsoldado Chelsea Manning, la primera gran fuente de WikiLeaks, ha informado que decidió filtrar los documentos clasificados al constatar que toda la información con la que trabajaba como analista militar estadounidense se refería a "muerte, destrucción y caos".
"Estamos recopilando información de todas esas diferentes fuentes y solo es muerte, destrucción y caos", indicó Manning en su primera entrevista, a la cadena ABC, tras salir de prisión el 17 de mayo después de siete años privada de libertad por las revelaciones de WikiLeaks, que causaron un revuelo internacional.
Después de mucho tiempo "analizando datos, estadísticas, reportes, fechas, tiempos, lugares, finalmente, te detienes. Dejé de ver solo estadísticas e información, y comencé a ver gente", justificó Manning, de 29 años. La exsoldado, que durante su condena reveló que se sentía mujer, pidió que comenzasen a llamarle Chelsea en lugar de Bradley y se sometió a tratamiento para cambiar de sexo, cumplió 7 años de cárcel, una quinta parte de la pena que le había sido impuesta, gracias al perdón que le concedió en enero el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, justo antes de dejar su mandato.
Manning rechazó que fuese dirigida por alguien para divulgar la información clasificada: "Todo lo que he hecho, he sido yo, no hay nadie más", recalcó. Preguntada acerca de por qué no decidió comunicar sus preocupaciones a través de la cadena de mando, replicó que "los canales existen, pero no funcionan".
Por último, reiteró "su máximo respeto" por las Fuerzas Armadas. "Cumplen una función pública. Y la gente que está en el servicio militar trabaja muy duro, a menudo por no mucho dinero, para hacer mejor a su país y protegerlo. No tengo más que respeto. Y por eso me alisté", dijo.
Mientras era analista de inteligencia militar, Manning filtró en 2010 al portal WikiLeaks, dirigido por el australiano Julian Assange, más de 700.000 documentos clasificados sobre las guerras de Irak y Afganistán y cables del Departamento de Estado, lo que supuso un revés para la diplomacia estadounidense y alimentó un debate sobre el papel de Washington en el mundo.
Obama conmutó la condena a Manning en enero, debido a que en el juicio, que finalizó en el verano de 2013, asumió la responsabilidad de sus actos, dijo que se arrepentía de haber filtrado los documentos y achacó su delito a su inocencia (22 años) y a su condición sexual mal recibida en la disciplina castrense.
La pena de 35 años contra Manning fue la mayor de la historia de Estados Unidos por la filtración de documentos y, por ello, fue entendida por grupos defensores de los derechos civiles como un intento del Gobierno de Obama por acallar a quienes revelan a la prensa malas prácticas gubernamentales.