TRAS TRES VISITAS AL MÉDICO DIERON CON SU ENFERMEDAD
Bronnach Pemberton, una madre de tres niños de Reino Unido, comenzó a sentirse muy cansada en su último embarazo. Cuando estaba de 35 semanas experimentó por primera vez un extraño hormigueo en la mandíbula, fue un adormecimiento inusual.
Al principió pensó que se trataba de un simple dolor de muelas, pero esas molestias se extendieron al hombro y posteriormente al brazo, dejándolo totalmente dormido.
Al ver que algo no iba bien, la mujer acudió al médico donde la dijeron que únicamente se sentía cansada por el embarazo, por lo que se volvió a ir a casa.
Unas semanas tardes Eoin, su hijo pequeño, nació por cesárea y ocho días después mientras le amamantaba empezó a sentirse fría, húmeda, sin aire y con muchos dolores en el pecho.
Al día siguiente volvió a ir al médico, allí la realizaron una revisión y pensaron que o tenía ataques de pánico o tal vez la cicatriz de su cesárea se había infectado.
Sin embargo, unas semanas más tarde no notó ningún tipo de mejoría, seguía teniendo dolores y se quedaba sin aire, así que por tercera vez fue a visitar a un profesional de la medicina y tras varias pruebas detectaron que algo no iba bien en su corazón.
Inmediatamente la trasladaron a una habitación privada y comenzaron a darle ataques de corazón. Los médicos en ese momento se percataron de que era peor de lo que pensaban de tal forma que decidieron hacerle una operación de urgencia a corazón abierto.
Pasada una semana de la cirugía le volvió a dar un ataque al corazón y fue entonces cuando descubrieron que tenía insuficiencia cardíaca. Los médicos le comunicaron que nunca mejoraría, pues su corazón se va debilitando cada vez más y no se puede hacer nada para solucionar el problema.
La mujer expone que desde que le detectaron la enfermedad no ha dejado de disfrutar la vida y ahora sólo aprecia las cosas pequeñas, según informa Mirror.