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Una madre, condenada por obligar a su hija a pesar menos de 47 kilos: "Eres gorda y fea"

Pesaba 47 kilos pero su madre la obligó a ponerse a dieta. Ahora ha sido condenada a un año y cuatro meses de prisión.

La joven de 16 años tenía que someterse a una estricta dieta para evitar engordar y sufrir humillaciones. Su madre la llamaba "fea y gorda". Tal era su obsesión con el peso de su hija que la obligaba a pesarse constantemente. Si engordaba unos gramos y superaba los 47 kilos no la dejaba comer.

Tenía prohibido el pan, la bollería y el chocolate. Su dieta era a base de fruta y verdura, y de vez en cuando carne y pescado. Hace cinco años la adolescente estalló, no podía más, y llena de rabia se lo confesó a su tía. Fue ella quién lo denunció a la policía, que su sobrina sufría humillaciones y restricciones alimentarias.

La joven confirmó las acusaciones en el juicio

La joven testificó en el juicio y confirmó todas las acusaciones, desde privaciones alimentarias hasta insultos. El abogado de la madre pidió su absolución, convencido de no no había malos tratos y la adolescente exageraba. "La madre siempre ha actuado sólo por el bien de su hija y en nuestra opinión no hay ningún elemento para impugnar los malos tratos", defendía el abogado.

Pero el tribunal dio la razón a la joven y condenó a la madre a un año y cuatro meses de prisión por malos tratos. Pidió una orden de alejamiento para la madre y la echó del domicilio familiar.

El peligro de las dietas sin supervisión médica

Este es un caso extremo donde afortunadamente intervino la ley. Pero hablar de dietas, restricciones alimentarias y acoso, especialmente para los adolescentes, es algo muy peligroso que puede derivar en trastornos nutricionales y alimentarios. Cualquier disfunción de la conducta alimentaria lleva, especialmente a las niñas, a preocuparse obsesivamente por el propio peso y tener una percepción distorsionada de la propia imagen.

Se estima que en Italia hay al menos tres millones de personas que padecen anorexia o bulimia. Sólo en 2023 se registraron 1.680.456 nuevos casos. La cifra creció un 30% después de la pandemia, con un aumento del 48% en las hospitalizaciones en todo el mundo.

Y un dato dramático, en Italia el año pasado murieron más de 4.000 personas por problemas relacionados con los trastornos alimentarios.